Desde nuestro Sindicato defendemos la consecución inmediata de un plan de empleabilidad en el Grupo HP que garantice los empleos de uno de los mayores gigantes informáticos del mundo. Defendemos y luchamos por la erradicación de la precariedad y del miedo como artífices de los fabulosos beneficios que el Grupo arranca a los trabajadores.
No se puede vivir con el temor a ser despedido, a ser usado como una de las máquinas que los Obreros de HP producimos, alimentamos o monitorizamos con nuestro tiempo y nuestra vida. Tenemos el derecho a no ser usados como peones de los movimientos especulativos que se fraguan en remotos despachos y que disponen de nuestras cabezas como si fuésemos un terminal más, una impresora que se puede exprimir hasta la última bocanada.
Deciden que sean 5600 los obreros que deben abandonar el grupo; deciden que el “mercado” ordena que los trabajos se desplacen al tercer mundo, al olor de la carnaza del salario bajo, de la miseria, la corrupción gubernamental y la represión sindical. Y deciden que seamos nosotros los que paguemos la avaricia de los beneficios que un consejo de accionistas reclama ahora, y reclama ya.
Cada trabajador del grupo supuso a la compañía un beneficio de 300.000 dólares en el pasado ejercicio, pero esto parece ser poco. La empresa asume que tendrá que despedir en España su particular cuota, y lo hace amparada en la ley, a la generosa y vergonzosa velocidad que esta le marca para no tener que negociar con la RLT.
CGT, en un contexto de beneficios rotundos y netos para HP, reclama que la empresa se responsabilice de los artífices de sus ganancias que no son otros que los trabajadores.
Que se comprometa con ellos a la firma de un plan de empleabilidad que ponga freno a los despidos injustificados y aleatorios.
Que cese la instrumentalización de estos despidos y del miedo para ahondar aún más en la precariedad y la degradación laboral que la compañía parece haber abanderado como práctica habitual.
Que paralice la perdida indirecta de puestos de trabajo que se deriva de la política de no contratación y que redunda en un aumento de la productividad a costa de nuestra salud y nuestro temor.
Para esto CGT llama a los trabajadores del grupo a las movilizaciones que se han orquestado en todo el estado, y que no tienen otro objeto que el de paralizar el miedo y dignificar nuestro trabajo.