¿Qué futuro tiene el Personal de informática en RENFE-Operadora y ADIF?

PDF con el texto maquetado - Sindicato Federal Ferroviario

La evolución de la informática de ADIF y RENFE-Operadora está marcada por dos procesos. Por una parte, la tendencia a la privatización de las empresas públicas, que afecta a todas las áreas de actividad de la empresa aunque con distinta intensidad (en ADIF no reciben el mismo tratamiento Estaciones de mercancías, que circulación o que informática; en cuanto a RENFE-Operadora, las direcciones no actúan de la misma manera en talleres, que en conducción o en informática); el segundo proceso que afecta a la informática ferroviaria es la evolución del sector de las tecnologías de la información, caracterizado en España por la subcontratación, la primacía de la gestión por encima del conocimiento técnico y la despreocupación respecto a la calidad de los productos y servicios, salvo honrosas excepciones. Estos dos procesos, uno propio del sector ferroviario y otro del sector de las tecnologías de la información, determinan hacia dónde se dirige la informática en ADIF y RENFE-Operadora: hacia la externalización progresiva de la mayor parte de las tareas hasta dejar en las empresas públicas un reducido grupo de gestores que dirija y supervise la actividad de las consultoras, cuyos trabajadores realizarán el grueso del trabajo informático.

En el año 2004, motivado por la segregación de la antigua RENFE, ADIF y RENFE-Operadora se plantearon crea una filial para explotar el negocio de la informática ferroviaria, pero al final decidieron mantener el modelo de la subcontratación. Es decir, continuar separando los conocimientos tecnológicos ferroviarios de los estrictamente informáticos. ¿Cuáles son los argumentos de las direcciones de ADIF y RENFE-Operadora para la externalización? El principal argumento es la flexibilidad: ante un cambio de la tecnología, la empresa puede pedir que le sustituyan el trabajador subcontratado por otro con perfil distinto. Con estas prácticas las direcciones de ADIF y RENFE-Operadora tratan de adaptarse al cambio tecnológico continuo y vertiginoso propio de la informática de la manera más cómoda para las propias direcciones. Pero considerar sólo la comodidad de los directivos es un enfoque reduccionista. En primer lugar porque con un mínimo de esfuerzo y planificación, los trabajadores de ADIF y RENFE-Operadora podrían adaptarse a los cambios tecnológicos con formación continúa. En segundo lugar, porque demasiadas veces, los perfiles que venden las consultoras están inflados y en vez de tener el experto prometido, llega una persona con poca experiencia en la tecnología informática y con nada de los procesos ferroviarios, resultando dicha subcontratación un absoluto error tanto desde el punto de vista económico como desde el avance tecnológico.

Más que flexibilidad, la subcontratación ofrece la posibilidad de que la formación y la motivación de los trabajadores \u2013parte importante de las labores directivas- salgan de RENFE-Operadora y ADIF para recaer en las consultoras. En este sentido el beneficio principal sería para los directivos de ADIF y de RENFE-Operadora (que se liberan de parte de su trabajo) y sobre todo para las consultoras privadas. Otro argumento utilizado es que por medio de la subcontratación, ADIF y RENFE-Operadora se \u201cliberan\u201d de tareas que no forman parte del \u201cnúcleo del negocio\u201d, o en una nueva variante, se eliminan tareas que no aportan \u201cvalor\u201d. En primer lugar, para justificar la subcontratación utilizan conceptos indeterminados, ya que sirven para argumentar cualquier decisión. Los conceptos de \u201cnúcleo del negocio\u201d y \u201cvalor\u201d son parte de estos conceptos indeterminados, que utilizan empresarios y directivos para distinguir entre actividades principales y auxiliares, para justificar la subcontratación de servicios, como ocurre con el área informática de cualquier empresa. Este argumento no es válido, ya que en la mayoría de los casos los sistemas informáticos están muy vinculados a la actividad principal de la empresa. Por tanto, desprenderse de la actividad informática supone, además de perder el control de las aplicaciones, perder el conocimiento técnico ferroviario y lo que es más importante coartar su avance tecnológico. Por ejemplo, si se subcontratan las aplicaciones que regulan y planifican la circulación ferroviaria, ¿cuánto tiempo tardará ADIF en ir perdiendo el conocimiento técnico de circulación?

Desde el momento en que se haga cargo la consultora los conocimientos estarían separados, unos los tendrían la consultara y otros los trabajadores de ADIF, eliminando cualquier posibilidad de innovación y desarrollo en la informática aplicada al ferrocarril. Un tercer argumento empleado para defender la subcontratación es que permite a los trabajadores de ADIF y RENFE-Operadora conocer nuevas tecnologías y formas de trabajo, a través del contacto con los compañeros subcontratados. Esto podría ser cierto en el supuesto de que los trabajadores subcontratados desempeñaran su labor mezclados en equipos con trabajadores de ADIF y RENFE-Operadora bajo la dirección de mandos de ADIF y RENFE-Operadora. Pero esta sería una situación ilegal, aunque está muy extendida en el sector informático. Por otro lado, si ADIF Y RENFE.operadora invirtieran en una formación continúa incentivando a sus trabajadores, estarían mejor preparados debido a que conocen perfectamente el negocio. ¿Qué inconvenientes presenta la externalización? Desde el punto de vista de los derechos laborales, es evidente que la subcontratación en RENFE-Operadora y ADIF supone la sustitución de empleos públicos por puestos de trabajo privados con condiciones laborales inferiores. Independientemente de la diferencia en los derechos laborales, con el presupuesto que se cubre un puesto de trabajo de ADIF o RENFE-Operadora debe pagarse el sueldo del trabajador subcontratado, el beneficio de la consultora y la parte correspondiente de los sueldos de sus directivos. Pero además de la degradación de las condiciones de trabajo, la subcontratación tiene efectos muy negativos en la calidad de los servicios informáticos externalizados. En otros países donde la informática tiene una trayectoria más amplia (por ejemplo EEUU) las empresas ya han pasado la fiebre externalizadora; tras comprobar los problemas provocados por la subcontratación, han vuelto a la contratación de personal de plantilla para los departamentos de informática.

Esa misma tendencia se puede observar en España en la banca, uno de los sectores pioneros en el uso de tecnologías de la información. Los ferrocarriles holandeses optaron hace años por la subcontratación del personal informático, pero han vuelto a asignar estos trabajos a su plantilla tras darse cuenta de que estaba perdiendo el conocimiento técnico ferroviario y en la innovación y desarrollo. ¿Por qué no aprender de las empresas que han recorrido antes el mismo camino? La externalización supone la pérdida del conocimiento informático para ADIF y RENFE-Operadora. En teoría, los trabajadores de ADIF y RENFE-Operadora se limitarán a gestionar proyectos y controlar la calidad de los desarrollos y los servicios. Pero a medida que avance la externalización, los trabajadores de RENFE y ADIF perderán el conocimiento técnico. Y sin conocimiento técnico es muy difícil dirigir un proyecto o verificar su calidad, así como innovar. La subcontratación supone la pérdida del control sobre la actividad de la empresa. Desde un punto de vista sindical, es muy negativo que el control de ciertas actividades (informáticas en este caso) de ADIF y RENFE-Operadora \u2013empresas públicas -, pasen a manos privadas (consultoras). La lógica del servicio público se sustituye por la pretendida lógica de la máxima rentabilidad económica, que como hemos argumentado no es cierta, porque la externalización resulta más cara. Además, desde un punto de vista estrictamente técnico, el trabajo informático deja de ser dirigido por criterios tecnológicos para regirse por la lógica propia de un juego de pillos: RENFE-Operadora y ADIF intentan subcontratar los proyectos al menor precio posible y las consultoras tratan de sacar el mayor beneficio posible inflando los currículums de los trabajadores, aceptando plazos imposibles, reduciendo la calidad de las aplicaciones (algo no imposible pero si muy difícil de evaluar). Quienes han trabajado en consultoras saben los numerosos trucos que se emplean y saben también que ante cualquier imprevisto (¿qué proyectos no los tienen?) la calidad es la primera víctima. La subcontratación tiene un coste muy superior al de la plantilla directa.

La eliminación de la subcontratación no sólo permitiría financiar más procesos de promoción profesional y de ofertas de empleo público, sino que además reduciría el despilfarro de dinero público. Para los trabajadores de ADIF y RENFE-Operadora, la externalización supone el abandono del trabajo técnico para proceder a supervisar y gestionar la labor de las subcontratas, que muy probablemente acaben realizándose en sus propias instalaciones o en otros países como Argentina o India. El proceso de externalización (y de privatización de la empresa) está más avanzado en RENFE-Operadora, pero ADIF va detrás por el mismo camino. El mismo camino que en los aeropuertos. La ley de \u201cmodernización\u201d del sistema aeroportuario está a punto de aprobarse y si la movilización de los trabajadores no lo impide, implicará la privatización de AENA, y la pérdida de la condición de empleado público de su personal. Esta ley prevé la separación de Aeropuertos y navegación aérea de manera que los trabajadores serían subrogados a una sociedad anónima, perdiendo la condición de empleado público. ¿Cuál es la alternativa de CGT a la externalización de la informática en RENFE-Operadora y ADIF? Desde CGT nos oponemos a toda subcontratación, aunque entendemos que puede ser razonable subcontratar trabajos esporádicos concretos y/o con tecnología específica, tan vinculada al fabricante que resulte muy costoso aprenderla. La propuesta de CGT rechaza totalmente la externalización que significa que las consultoras pasan a asumir tareas que hasta la fecha realizaban los trabajadores de ADIF y RENFE-Operadora. En ocasiones con menor conocimiento técnico (al tratarse de personal con menos experiencia) y generalmente con un coste mayor. Más aún cuando en España las consultoras informáticas basan su modelo de negocio no en la excelencia técnica y organizativa, sino en métodos de fuerza bruta y mano de obra barata y poco cualificada.

El resultado: la funcionalidad se cubre a corto plazo, pero el producto o el servicio es de baja calidad, y por tanto poco estable y difícilmente mantenible. Las tareas de carácter permanente o de larga duración, deben ser asumidas por trabajadores de ADIF y RENFE, que deben recibir la formación necesaria para adaptarse a los constantes cambios tecnológicos y hacer el esfuerzo necesario para ello. Los compañeros subcontratados que están trabajando en tareas permanentes o de largo plazo en ADIF y RENFE-Operadora deben tener la posibilidad de optar a ser contratados por ADIF y RENFE a través de la oferta de empleo público, según criterios de igualdad, mérito y capacidad. Con este modelo alternativo que propone CGT, las nuevas ofertas de empleo público deberían realizarse principalmente en las categorías inferiores (de entrada). De esta manera podría darse una progresión profesional natural a lo largo de toda la vida laboral, lo cual no sólo es más justo sino que redunda en una mayor motivación de la plantilla. Antes de ofertar al exterior una plaza de nivel medio y superior debería ofrecerse esa plaza para promoción interna.

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