En 2017 las centenares de miles de personas que trabajamos en el sector TIC asistimos al quincuagésimo capítulo de negociación entre CCOO-UGT y la patronal. En estos 7 años sin convenio, los salarios mínimos por categoría profesional han caído un 9,8% como resultado de la congelación de tablas. Lo cuál, podéis imaginar, no supone problema alguno para una patronal que lleva varios años de política de precarización. Si de la patronal dependiera las tablas no se revisarían jamás.
Los trabajadores que disponen de salarios dignos harían bien en no estar tranquilos, mirando a otro lado, como si este convenio no fuera con ellos: a mayor diferencia con los mínimos salariales, más apetitoso es despedir para recontratar a bajo coste y obtener beneficios. Y a la inversa.
El coste salarial en el sector TIC ha caído en picado en los últimos años y no apunta a recuperación alguna a pesar de los nuevos proyectos. Sin datos disponibles históricos en el INE, sí podemos sospechar su comportamiento: Por poner un ejemplo, sólo en el último año, la remuneración media del trabajador en el sector TIC en Catalunya (incluyendo indemnizaciones por despido) ha caído un 13,7% mientras que la media de todos los sectores subía un 0.1%. Para comprender una bajada así, tenemos que pensar cómo de bajos han de ser los salarios de nuevas entradas para afectar al conjunto. En un sólo año que, en teoría, no ha sido de los peores.
Porque el problema no es la Crisis, sino el potencial de beneficios que hay en la sustitución de trabajadores y condiciones, nunca para que mejoren los que entran, sino para que se mantengan en sueldos cada vez más bajos y con tendencia regresiva.
¿Y cómo reaccionan ante este panorama los sindicatos que, de momento, están en la mesa de negociación?
Pues lamentablemente con el modelo ramplón, de despacho, entreguista y de rendición social a que nos tienen acostumbrados. En estos 7 años no han hecho ni una sola medida de movilización, ni intento alguno, más allá de tímidas y educadas concentraciones de delegados hace ya unos 5 años.
El resultado de esta política de contención es que la patronal se ríe de las reivindicaciones planteadas. ¿Quién tiene miedo de quién ni enseña los dientes ni tiene la suficiente credibilidad como para morder con ellos? Siete años de negociación sin presión muestran sobradamente el fracaso de una línea sin futuro.
Con este modelo, tenemos que ser todos conscientes de que es imposible que se obtenga resultado alguno sin fuertes contraprestaciones a cambio. Esas cesiones exigidas por la patronal TIC son derechos de los trabajadores: tu voluntariedad, la flexibilidad en manos de las empresas, grupos profesionales ‘amplios’ que permitan que categorías actuales se hagan por precios menores, acabar o limitar garantías existentes como la antigüedad y un largo etcétera que convierte una negociación por mejoras en un mercadeo de derechos de trabajadores.
Todos y todas sabemos el nivel de ética que tienen las multinacionales y cárnicas TIC: cada cesión de nuestra vida, será un absoluto y completo desastre una vez entregada a las manos de gente sin escrúpulos.Sin movilización es imposible que se obtenga otro resultado que ese o la eterna congelación de tablas.
Como Coordinadora de Informática de CGT somos claros al respecto: sabemos las dificultades, y que requiere tiempo y preparación, pero no tenemos miedo alguno a iniciar el camino de un escenario de conflicto general en el sector TIC. Un conflicto que se extienda a clientes y que prepare el camino de la Huelga General en las TIC.
Negarlo, es engañar a centenares de miles de trabajadores o vender nuestros derechos al peso. Nosotros y nosotras tenemos clara la opción. De momento otras fuerzas sindicales siguen en sus despachos intercambiando papeles, por séptimo año consecutivo, con una patronal que hace esfuerzos por mantener las formas.