Ayer el diario.es publicaba este artículo http://www.eldiario.es/sociedad/Renfecom-polemica-saturada-rodeada-consultores_0_102890083.html
Así empieza el artículo firmado por Antonio Ruiz del Árbol, Renfe.com: una web saturada y rodeada de consultores: "Cien consultores de Indra, Informática El Corte Inglés, Accenture y Deloitte, han ideado un complejo soporte de ventas que desde 2009 ha costado 80 millones de euros. La web de Renfe soporta un duro trabajo desde que fue configurada por la empresa tecnológica Indra en su formato actual allá por diciembre de 2009."
Uno pensaría que tras este título y encabezado hay una crítica al modelo productivo de la consultoría informática y los múltiples niveles de subcontratación.
Parece que las consultoras TIC han encontrado su gran chiringuito en las empresas públicas. Funcionarios o trabajadores fijos pudiendo realizar su trabajo y un montón de subcontratas que generan malos productos a un alto coste para el dinero de todos. El truco de la subcontratación, como todo buen "empresaurio" sabe, no es cumplir los plazos con un buen producto sino hacer una chapuza épica que requiera un contrato de mantenimiento y mejora que se va a alargar hasta el día del juicio por la tarde.
Los que hemos trabajado en estas condiciones esperamos que al final del artículo se explique que una parte esencial del encarecimiento de la web y sus errores son problemas derivados de la subcontratación. El artículo presentando unas premisas correctas, las obvia en el razonamiento para llegar a una conclusión que elimina cualquier responsabilidad de la subcontraación en la situación que se denuncia. Es decir, cada uno lanza balones fuera y echa la culpa al de al lado. Que una empresa pública tenga en muchos casos trabajadores desasignados para subcontratar la mayor parte del trabajo afecta directamente en la calidad del producto generado. Las empresas de subcontrata actúan como empresas de trabajo temporal de facto dividiendo el proyecto en paquetes menores que a su vez subcontratan a otras empresas.
En este modelo se persiguen fundamentalmente fines tanto económicos:
- Ahorro directo de gastos de personal, pues el precio del servicio es inferior al que debería soportar de producirlo directamente.
- Menores inversiones en maquinaria, tecnología, locales, etc.
- Adecuación de las plantillas al mínimo necesario y flexibilidad en el uso de la mano de obra en todo el resto de servicios.
Como políticos:
- Debilitamiento, hasta extremos de inanición, de cualquier acción sindical.
- Empeoramiento de las condiciones laborales y salariales de los trabajadores pues buena parte del presupuesto de los proyectos es dilapidado en las extructuras de las empresas concesionarias.
Se ahorran los costes sociales de cualquier contratación directa pero, al convertirse los que gestionan cada nivel de subcontratación en intermediarios, el producto se encarece. ¿Cuánto? " Las fuentes citadas han asegurado que desde 2009 Renfe ha invertido 80 millones de euros en el desarrollo de su red integral de información, venta y reservas. Desde la operadora aseguran que esta cifra es 'muy exagerada'."
¿Cómo de exagerada? ¿Sería esto mucho menos escandaloso si hubiese invertido "sólo" 70 millones.
Acostumbrados a que la mayoría de las críticas al sector público escondan una justificación a la privatización, desde aquí denunciamos el expolio y degradación a los que se somete la administración aprovechando para pisoteotear los derechos laborales y contribuir a la precarización. Los malos productos y su excesivo coste, al contrario que el que firma el artículo de eldiario.es, son resultado de la externalización y no una casualidad.